Milagros Merino

"La identificaron de los trastornos de sueño puede facilitarse con el uso de algunas herramientas diagnósticas sencillas, muchas de ellas disponibles en la consulta de Atención Primaria. El diagnóstico de los trastornos de sueño comienza por una anamnesis precisa (enfermedades, antecedentes familiares), una exhaustiva exploración física (amígdalas, malformaciones, peso, talla, etc) y la realización de algunas pruebas complementarias sencillas (analítica de sangre y orina, para conocer las cifras de hierro sérico y ferritina y el estado de las hormonas tiroideas). Existen cuestionarios específicos para trastornos de sueño, que son muy útiles para un primer cribado en la consulta de pediatría. Algunos de ellos evalúan el comportamiento diurno del niño, como el Child Behavior Checklist (CBCL) (4), cumplimentado por los familiares, y otros están destinados a analizar el sueño y la vigilia: BEARS (para niños de 2-18 años) (5), Cuestionario de Hábitos de Sueño de Owens (Children's Sleep Habits Questionnaire o CSHQ) (6), la Escala de Trastornos del Sueño para Niños de Bruni (Sleep Disturbance Scale for Children, SDSC) (7) o, el Cuestionario de Sueño Pediátrico de Chervin (Pediatric Sleep Questionnaire o PSQ) (8). Este último tiene una ventaja porque ha sido traducido y validado en lengua española (9). Además, el pediatra puede elaborar una agenda/diario de sueño, que los familiares deben cumplimentar día a día. Es el registro de las horas de sueño y vigilia de una persona durante varios días (al menos una semana), anotando todos los eventos relevantes (despertares nocturnos, fármacos, etc). Es útil para el diagnóstico de trastornos del ritmo circadiano, hipersomnias, insomnio y otros."

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Ciencias de la vida y de la materia Síndrome de West

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